sábado, 22 de junio de 2013

Cuestionario canalla: Chus Nevado




La relación que tengo con Chus Nevado es muy especial. Cuando reseñé su novela El eslabón del tiempo, lo hice con un poco de miedo porque era la más difícil a la que me había enfrentado hasta ahora, por la complejidad de la historia, por las escenas (algunas muy duras) que se relatan, y por todos los sentimientos ambivalentes que habían provocado en mí tanto la historia como los personajes. A Chus le encantó mi reseña y a partir de ahí empezamos a hablar, de vez en cuando, a través del Facebook.


Es una persona que vale la pena conocer, divertida, alegre, amable y muy inteligente; uno de esos seres con los que siempre acabas aprendiendo algo. Por eso pensé en ella como una de las candidatas para mi Cuestionario Canalla en cuanto esta idea se fraguó en mi mente.


Y tal y como me esperaba, se ha divertido de lo lindo contestando estas preguntas hechas desde el cariño, pero con toda la irreverencia posible.






Chus Nevado nació el 29 de septiembre de 1976 en Madrid, ciudad en la que reside actualmente. Es diplomada en Arquitectura Técnica, y aunque resulte extraño habiéndose decantado por una profesión de ciencias, su mundo gira en torno a las letras. Ella misma reconoce que es una persona ecléctica.
Desde que tiene uso de razón, su mente ha sido un hervidero de ideas que necesitan salir. Y la mejor forma de hacerlo ha sido a través de la escritura. Adora escribir, y su gran pasión es la novela romántica. Al principio la consideraba un pasatiempo, pero desde hace unos años ha comenzado a tomárselo en serio. A fecha de hoy se encuentra escribiendo su segunda novela, labor que combina con correcciones literarias.










¿Qué tal si empezamos ya con este Cuestionario Canalla?


1.- ¿Por qué escribes romántica, cuando es un género tan vilipendiado por todo aquel que se etiqueta de “intelectual”?

¿Y cuál es la definición de «intelectual»? Porque a ese término se le pueden aplicar mil y un matices, y no todos positivos… Pues mira, si me lo pregunta un intelectual de esos y lo hace a modo de crítica, le contestaré que «porque me da la real gana y es mi decisión, al igual que lo es la suya de aburrirse como una ostra». Pero en este caso, como sé que la pregunta no va lanzada con segundas intenciones, responderé de igual modo. La novela romántica me gusta, tanto su lectura como su escritura, porque me hace soñar, evadirme de la realidad —algo que a veces necesitamos desesperadamente— y, en definitiva, porque me proporciona una gran satisfacción. Además, que yo sepa, leer o escribir romántica no está reñido con hacer lo propio con otros géneros. ¿O sí? Yo leo de todo, he escrito ensayos, poesía, género epistolar, incluso algún que otro texto con tintes «filosóficos», pero lo que me reporta la romántica está a años luz de lo que han conseguido los demás. Cada cual tiene sus gustos y preferencias, ¿verdad? Pues estos son los míos.

2.- ¿Qué haces cuando alguien hace algún comentario despectivo hacia este género delante de ti?

Uyuyuyuyuyyyyyyyyyy… Últimamente, la gente se cuida muy mucho de hacer un comentario despectivo respecto a la romántica delante de mí. De vez en cuando, algún pobre iluso que no me conoce ha tenido el atrevimiento de hacerlo, pero al final termina escaldado. Por esa razón ya no doy pie a que esto suceda, más que nada por no hacerle pasar un mal trago a ese pobre infeliz. La gente de mi entorno sabe que leo y escribo romántica, y que lo digo con la cabeza bien alta porque estoy muy orgullosa de ello, por lo que me respetan y me apoyan. Cuando me presentan a alguien y este me pregunta el género que escribo, simple y llanamente contesto «novela romántica», me quedo mirándolo fijamente con mi cara de poker —bueno, más bien con mi cara de jugar al mus— y espero a que se atreva a echarme el órdago. ¡Oye, mano de santo! Jamás he perdido una partida de esas, ja, ja, ja.


3.- ¿Eres de esquema y te mantienes en él caiga quien caiga, o prefieres que tus personajes tomen las riendas? Si eres del primer grupo ¿qué haces cuando un personaje se te rebela?

Soy muy cuadriculada para ciertas cosas, pero en el caso de la escritura, vivo al borde del anarquismo. Sé cómo va a empezar una novela y cómo terminará, pero lo que hay en medio —que es mucho— lo dejo a la providencia. ¿Para qué luchar contra los elementos cuando puedes hacerte amiga de ellos? Mis personajes son muy rebeldes, hacen lo que les da la gana y yo les dejo porque soy consciente de que el resultado nos va a satisfacer a todos. Además, me lo paso de fábula cuando me sorprenden con algo que en un principio no había pensado escribir. Salvando las distancias, es como leer una novela por primera vez, que no sabes lo que va a ocurrir y te asombras al encontrarte con ciertas vueltas de tuerca.

4.- El mayor miedo de un escritor es quedarse atascado, en blanco. ¿Qué haces cuando te ocurre algo así? ¿A qué recurres?

Dejo lo que estoy escribiendo y me pongo a pensar en otra cosa. Sé que tarde o temprano, cuando menos me lo espere, llegará la solución. Ya me ha pasado el quedarme en blanco y comenzar a darle vueltas y más vueltas sin hallar el camino de retorno. Entras en un círculo vicioso desesperante, pero cuando te olvidas de ello, es cuando ves la luz al final del túnel.

5.- Hay quien dice que las personas creativas tienen un punto de locura, y que cuanto más ésta se manifiesta, más cercanas están a la genialidad. ¿Estás de acuerdo, o te consideras una persona totalmente cuerda?

¿Sólo un punto de locura? Pues lo mío debe de ser muy grave porque estoy como las maracas de Machín. ¡Y a mucha honra! Considero que es muy aburrido ser siempre políticamente correcto, además de que el hecho de tener una mente demasiado racional termina por pasarte factura. Y eso sí que es jodido.

6.- ¿Te diviertes cuando haces sufrir a tus personajes, o lo pasas mal pero te consuelas pensando que es por su propio bien?

Depende. Al principio, cuando debes hacerles mil y una perrerías a los personajes para liar la madeja, es duro tomar ciertas decisiones. Pero hay otros momentos en los que disfruto como una enana, sobre todo con los protagonistas masculinos que han hecho sufrir a su partenaire femenina durante toda la novela. Me lo paso pipa aplicando la «justicia divina», ja, ja, ja.


7.- ¿Con cuál de tus personajes te sientes más identificada?


Con la protagonista femenina. Siempre. No sé, a medida que la creo y le hago avanzar en la novela, siento que me meto poco a poco en su piel, y llega un momento en el que ya no sé si le estoy confiriendo una personalidad concreta o estoy inculcándole retazos de mi propia personalidad.

8.- Cuando estás configurando los aspectos físicos y psicológicos de tus personajes, ¿te fijas en tu entorno para observar a las personas que te rodean?


Nunca. Me gusta hacerlos especiales, únicos. Sonará extraño, pero prefiero no estar sugestionada por ningún aspecto externo a la hora de crear a mis personajes (aunque me estoy contradiciendo a mí misma con la respuesta anterior, ja, ja, ja).

9.- ¿Qué ha de tener un personaje masculino, para que te enamore?

Lo confieso, me gustan cabrones pero que al final terminen hincando la rodilla y reconozcan su tozudez. Adoro que tengan una fachada de piedra y, al resquebrajarla, descubras dulzura en su interior.

10.- ¿Qué tipo de personaje te saca de quicio?

Los personajes insulsos, sin carácter. Aquellos a los que te meterías en la novela y les darías una o varias collejas, a ver si espabilaban de una buena vez, aunque sabes que todo esfuerzo sería inútil.

Preguntas impertinentes


1.-Cuando lees, ¿las escenas calentitas te “ponen” más con sexo explícito y lenguaje burdo, o prefieres un toque poético y alguna que otra metáfora?

Todo depende del contexto, del lenguaje utilizado… por ejemplo, en una novela contemporánea, en la que los personajes hablan sin tapujos, quedaría fuera de lugar aplicar un lenguaje poético en las escenas subidas de tono. De cualquier modo, me pone mucho más lo que se intuye que una escena relatada con pelos y señales, como si estuviera leyendo un tratado de sexo. No necesito versarme en la materia, necesito que la lectura me provoque sentimientos y que me dejen algo a la imaginación. Acepto y me gusta leer sexo explícito, pero no soez y vulgar.

2.-¿Miras porno? ¿Por qué? Si lo miras, ¿lo haces sola o acompañada?

Reconozco que no es algo que haga todos los días, pero no tengo ningún problema en verlo cuando se da el caso. Además, es una fuente de información inagotable, y no solo como documentación para una novela, no sé si me entendéis, ja, ja, ja. En cuanto a lo de sola o acompañada… ambas cosas. Esto es una asignatura más, ¿no? Necesitas pasar por la teoría y por la práctica, y si tienes a mano el instrumento idóneo para realizar las prácticas, la nota será mucho más alta, juasss.

3.- ¿Qué vicios tienes? Confiesa, confiesa...


¿Confesables o inconfesables? No has especificado, ja, ja, ja. Si te refieres al sexo, no voy a contestarte porque a mí, en concreto, me gusta el sexo para dos, considero que es algo íntimo para compartir únicamente con mi pareja, y si te meto en el saco, esa dualidad se rompería. Que tres ya somos multitud… 

4.- ¿Cómo es tu hombre perfecto?


¿Ah, pero existen? Yo creía que eran como los gamusinos, una leyenda urbana… Además, convivir con un hombre perfecto sería muy aburrido. ¿Con quién discutiría yo, con lo que me gusta meter caña al personal? Al ser perfecto, sabrías siempre cómo se va a comportar (al final, siempre lo mismo, vivir en una constante balsa de aceite termina cansando). Quita, quita… Yo quiero que me den marcha y me sorprendan. Una de cal y otra de arena.

5.- ¿Qué autora canonizarías, porque con ella has llegado a tocar el cielo?


Pecaré de sosa, pero a ninguna. Hay varias autoras a las que tendría que pasarle mi factura de electricidad por aire acondicionado —incluso en invierno—, pero lo de canonizar ya son palabras mayores. De cualquier modo, si algún día me topo con esa santa demoníaca que me haga recular en mi afirmación actual, te lo haré saber.


6.- Y ahora, la pregunta canalla: ¿Con cuál de estas ochoposturas te quedas?

Mira, para esto he pedido la colaboración de mi churri, a ver si estamos tan compenetrados como a simple vista parece. ¡Y lo estamos! Sin duda alguna, ambos hemos elegido la postura de ‘La sirena voladora’.



























7 comentarios:

  1. jajajajaja buenísimo... me ha encantado... y Si tienes mucha razón... Chus es un encanto de persona.
    A ver quien será la siguiente en caer en este cuestionario jajajajaja

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  2. Me parece muy inteligente y graciosa la escritora. Con respecto a las posiciones. Cada uno sabrá lo que mejor le va, pero al final y siempre al final de la historia, en la vida y en las novelas, no sigue siendo el cara a cara la posición más bella, la que hace que uno piense en aquello del complemento, de la unión de almas y mentes además del cuerpo, la que luce más espontánea y menos calculada. La más romantica? besitos y felicitaciones por la nota.

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  3. Estupendo este cuestionario canalla!
    Me ha gustado mucho, El eslabón del tiempo le tengo apuntado en mis lista de pendientes. Le tengo muchas ganas :D

    Besos y gracias.

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  4. Jajajaja. Como siempre, muy correcta ella, pero luego te salta una de sus ocurrencias y te quedas muerta matá. ¡Me ha encantado!! Enhorabuena a ambas. Besines!
    Lala

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  5. jajajajaj qué bueno! Felicidades a ambas!

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  6. Buena, buenísma entrevista. Felicidades.

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  7. Me he divertido mucho con el cuestionario canalla, felicidades a las dos :)

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